Características de adultos sexual y físicamente abusados en su niñez
Sólo en los Estados Unidos, el número de adultos que fueron sexual o físicamente abusados cuando eran niños está en los millones. De acuerdo a la Academia Estadounidense de Expertos en Estrés Traumático, aproximadamente entre el 12 y el 40 por ciento de nuestra población es víctima de algún tipo de abuso sexual. El 12 por ciento de las niñas reportan ser abusadas sexualmente entre el 9no y el 12mo grado. Y no sólo le sucede a las niñas. Cuando el abuso físico no sexual se añade a la mezcla, los números trepan abruptamente. Las tragedias asociadas con este tipo de abuso físico y sexual son innumerables. Una breve mirada a algunas de las características comunes encontradas en supervivientes adultos del abuso es un punto de partida útil y aleccionador.
Manifestaciones físicas
Los supervivientes de abuso físico y sexual en la niñez tienden a tener dolor significativo o crónido a través de sus vidas adultas. El dolor puede ser gatrsointestinal o musculo-óseo, con zonas problemáticas particulares en la espalda, pelvis y cabeza. Otras dolencias físicas asociadas con el abuso incluyen desórdenes alimenticios, obesidad y desórdenes del sueño, disfunción sexual, alergias, asma y, por supuesto, adicciones.
Manifestaciones psicológicas
Hay un amplio rango de problemas psicológicos y emocionales que tienden a serguir a víctimas de abuso físico y sexual en la niñez hasta entrada la adultez. Algunos de estos síntomas reflejan los tipos de dificultades que los veteranos de guerra tienen con el desorden e estrés post-traumático. Otros efectos caen bajo el paraguas más amplio de depresión y ansiedad. Peor aún, hay comportamientos relacionados a daño autoinfligido o incluso intentos de suicidio. Las víctimas de abuso infantil a menudo son incapaces de tener relaciones íntimas, y cuando los problemas emergen en sus vidas son más aptos a manejarlas de modo erróneo mintiendo, robando o huyendo.
Vistas negativas y distorsionadas
El mundo interno de las víctimas de abuso incluso años después de que el abuso ha terminado puede ser tortuoso y lleno de pensamientos negativos y autodirigidos. Los más comunes entre estos pensamientos son los de vergüenza, sentimiento de aislación, depresión, desconfianza de otros, ansiedad, ira no enfocada y falta de paz. Un estudio citado por el Departamento Estadounidense de Salud y Servicios Humanos sugiere que casi el 80 por ciento de los adultos jóvenes que han sido abusados cumplen con los criterios de diagnóstico de al menos un desorden psiquiátrico a la edad de 21.
Ciclo de violencia
Tal vez lo más trágico de todo es el hecho de que las víctimas de abuso físico o sexual infantil son mucho más propensos a convertirse en perpetradores de los mismos comportamientos de los que fueron víctima cuando niños. El Departamento Estadounidense de Salud y Servicios Humanos cree que casi un tercio de los niños abusados se convertirán en abusadores. Y no es sólo a otros niños a quienes abusarán; puede que también abusen de las drogas y el alcohol. El Instituto Nacional acerca del Abuso de Drogas reporta que dos tercios de las personas en programas de tratamiento por drogas y alcohol fueron víctimas de abuso infantil.
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